lunes, 9 de enero de 2017

Sobre el encargo de composiciones musicales y los problemas derivados



Pienso al igual que Stravinsky que crear una obra bajo la figura de comisión es una de las mejores cosas que me puede pasar como compositor. 

Limitar el tiempo, la instrumentación, el estilo y hasta la dificultad, lejos de cercenar mis ansias creadores me incentiva a buscar soluciones técnicas y estéticas en pro de desarrollar una coherente obra de arte.
En “Eremuk”, por ejemplo, la limitante consistió en elaborar una obra de diez a quince minutos con un cantante. El texto debía ser indígena. Yo elegí unos textos de la poesía pemón. La instrumentación era para flauta, clarinete, fagot, tenor, píano, violín, violoncello y contrabajo. Creo que quedó bien y es una de mis obras favoritas.

Actualmente, estoy trabajando una cantata con textos de poetas latinoamericanos y es para coro de voces blancas y orquesta sinfónica. Pero aquí vienen las verdaderas limitantes. Además de pensar en una composición que sea de fácil ejecución, pensada para una orquesta sinfónica de corte infantil-juvenil; la sección de maderas tenía que manejar una disposición incompleta. Me explico, en los libros de instrumentación y en las grandes obras maestras de la composición musical, las maderas siempre van en igual densidad. Si son maderas a 2, pues todo es a 2: 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes y 2 fagotes. Pero en esta obra que me han comisionado, las maderas van a 2 menos los fagotes que deberá ir a 1. Aquí he tratado de solucionar el equilibrio duplicando la fila de violoncellos con el fagot o en algunos casos que la línea duplicada de oboes y flautas vayan a 1. En mi imaginación creo haberlo logrado. Sin embargo, la práctica real me mostrará los resultados pues influirá la acústica, el instrumentista, el instrumento y hasta la caña.
Otro tanto me pasa con los vientos madera. La obra debe ser compuesta con unas limitantes bastantes interesantes. Debe estar la sección completa de metales (4 cornos, 3 trompetas, 3 trombones y 1 tuba) pero la orquestación debe ser diseñada para funcionar con menos de la mitad de esa instrumentación: 2 cornos, 2 trompetas y 2 trombones.

Evidentemente, esto me crea un desequilibrio en el balance, el cual he tratado de blindarlo duplicando en vientos madera en ocasiones que falten estos instrumentos y sobre todo, dejando bien escrito el tratamiento armónico en manos de la cuerda. La cuerda, como siempre, salvadora de posibles desbalances de la orquestación.



Ya les contaré como quedó. Eso sí, si se llega a estrenar.

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